el pensamiento cafre del dia:

- Los caballeros las prefieren rubias
pero ¿las rubias los prefieren caballeros?









jarlll.... el santo job con duchas de aguas frias tras
saber que la tentación vive arriba.

TRES PUNTOS COLEGA!!!!

Lo siento, pero es que tenía que ponerla. Me hace sonreir con solo verla.

miedo.

Hoy el miedo se me ha subido a los higadillos. Lo tengo ahí, entre los indestinos, esperando. Esperando, frío. Haciéndome sentir extraño, a mi mismo. De nada me sirve hoy el sol, ni tampoco la música. Me hace sentir triste, me apaga, sonrío menos de lo normal. No me gusta sentir miedo. Lo peor de este miedo, es no saber a qué te enfrentas. No saber nada, porque, agazapado entre las ideas, espera, traidor como las serpientes, a un despiste, para ahogarme el cuello. Así que estoy en mi habitación, escondido en una esquina, con una vela y un santo, esperando a que se vaya.

acurrucadito...

en mi cama o en la tuya, o en los brazos de mamá mientras la leche se calienta. Al amanecer en la playa, o en una hamaca, o bajo tres mantas y un edredón, o quizás en un saco de dormir mientras afuera la nieve sepulta la tienda, o en una esterilla, cubierto por una sábana para evitar los mosquitos...

es como volver atrás unos 15 años de golpe, y despertarme otra vez, y no tener obligaciones, y solo respirar. Ay. Mañanas de nata y azucar sobre una tostada, mañanas de verano, que volverán, algún día. Esas caricias que intentan despertarnos, mientras nosotros, ya despiertos dejamos que nos acaricien, y sonreimos, puros. Sueños que se entremezclan con la realidad y justo al entreabrir los ojos percibimos que algo se ha acabado.

maldito despertador. Un día me tomaré mi venganza

lejos

Ayer le ví. Asomando la cabeza entre las nubes. Sonriendo como lo hacía en aquella foto de hace mucho tiempo, en aquel pueblecito perdido. Un guiño y ni un gesto. 31 llevo. Yo solomillo. Luego te mezclé saltando cascadas y comiendo sopa de aleta de tiburón, pero al final la sangría iba a ser con los de la mesa de al lado. Clases Jurásicas en casas en obras, y aventuras con dos papeles. Quien tuviera mi ortografía y tu letra, decía aquel profesor, al golpearnos en las uñas con la regla de madera que usó tantas veces, como cuando rompimos el cristal, te acuerdas? las fiestas y los palcos, y el duo dinámico, uno en pista y el otro en el escenario. Y luego me fui y tu te fuiste, en la misma carretera pero en dirección contraria, hasta que me enteré que por allá no había salida, y una moto en las que aun no montabas te llevó, lejos. No sabes cuanto lo echo de menos. ¿Qué? Todo.

Esta va por tí.

improperios...

Hoy no es que me sienta deslenguado, pero sí un poco malhablado. En el post anterior, algun usuario anónimo, que ya se quien es, me ha llamado gañán. Era de las pocas personas que son capaces de llamarte así y quedars tan a gusto. Me ha hecho recordar cosas divertidas de los insultos que es posible que haya leido en muchos sitios, o no.

El personaje que me ha llamado gañán, suele insistir en que le encanta el insulto 'bastardo', ya que es de esas palabras que llena la boca. la verdad es que es de esas cosas que por decir en otra época te hubieses visto en un lance tras la iglesia de los jesuitas. A las 12? A las doce y cuando vuestra merced guste, traed padrinos y vuestro féretro. De otra parte yo siempre he preferido el insulto por antonomasia. Pero no todo corrido como suele decirse, 'joputa' casi entre dientes que ha perdido su razón de ser, sino uno mucho más construido. Con pausas en las palabras, vocalizando bien y con esa explosión en la P que le dá el toque malvado. De otra parte, en la tierra en la que vivo, predominan otros insultos que también tiene su encanto.

Vaya, hoy echo de menos enfadarme con alguien.

el último favor

porque a veces mi realidad supera a mi ficción, solo hoy puedo pedirte este favor.

¿serías tan amable y considerada de salir de mi sueños? Ya no estamos en la misma calle ni en la misma vida. Así que solo en este campo me queda que desaparezcas. No me vengas con historias de subconscientes. Vete. Pero del todo. No dejes esas fogatas en mi memoria, haciendo que oteando las divise y el recuerdo vuelva. Vete. O tendré que fusilar a este tal subconsciente.

A veces soy mi peor enemigo.

... hoy me quedo en cama

ya lo cantaba fito, hoy me quedo en cama, lo de fuera no me interesa... ya saldré a dar una vuelta otro día, que no llueva. Que no llueva en mi alma o en la calle, me da igual. Por lo menos bajo las mantas de mi cama también se está calentito.

volar y caer

son cosas distintas. Sé que no puedo volar. Y es justo de lo que me muero de ganas. Abrir las alas y de un golpe levantarme unos cuantos metros. Y a golpe de ala, como Juan Salvador, poco a poco, irme hacia donde se pone el sol. O subir hasta donde solo las águilas vuelan y dejarme caer en picado sobre un cielo vacío, o planear sobre las cabezas de los viandantes de las Ramblas, o sencillamente irme a las bateas a recoger los restos que los pescadores de las francadas dejan por ahí...

de momento... tendré que conformarme con caer.

mañana me voy

Sí. Mañana mismo. Ya estoy cansado. No voy a esperar más. Me iré lejos de donde todos creereis que estoy. Seguiré andando, respirando, riendo, haciendo todas esas cosas que siempre hice. pero habré dejado de estar ahí. Me habré ido. Quizás, algunos, no os deis cuenta. Pero algo ya no estará ahí. Habrá salido de viaje. Como quien se va de vacaciones y deja las luces encendidas. Yo me subiré a mi alfombra mágica y con la mochila de los viajes a la alcarria me iré. No me preguntes adonde, porque aun no lo hemos decidimo. Quizás esta vez sí me vaya a Kathmandú, o tal vez aSan petersburgo, o, quien sabe? El yucatán seguro que es bonito. Hay mil sitios a donde ir, también podría ir a la luna, pero no sé si volvería vivo.

así que no os preocupeis, dejaré mis luces encendidas, para que aun creais que sigo aquí.

mañana, cuando me caiga

no me levantes, déjame en el suelo. Empiezo a acostumbrarme, a tropezar conmigo mismo. A levantarme y a caer. Así que déjame ahí. No te quedes a ayudarme, ni siquiera te quedes a ver si me levanto. Sigue con tu camino. Deja la compasión para otro día. Reserva la que te queda para otra cosa. Nos veremos al final del mismo, y me verás con costras en las rodillas, pero feliz.