lunes, octubre 29, 2007

fotogramas (IV)




Me encantan este tipo de cosas. Muy probablemente a todas las chicas del planeta se les ha perdido alguna vez un pendiente. Incluso a las bosquímanas, se les debe haber caido de esas orejacas. Y ves un cartel como éste. Y te das cuenta que hay una nota específica. Alto valor sentimental. Y qué quieren que les diga, uno, pese a los rumores, tiene su pequeño corazoncito. Y dice, momento para inmortalizar, no? Se para, sace el movil con cámara de fotos incorporada y... chás!! Fotograma!!





¿Álguien puede explicarme qué atracción fatal tiene para mí este tipo de botellas? ¿Porqué parece un licor inócuo (pese al lagarto dentro) y nononononono lo es? No. Te comentas a tí mismo. Si es una mesa giratoria. Como en Indiana Jones y el templo maldito.
Son chupitos de un licor inocuo!! no debería pasar que... No verdad? Ya...


Ésto es lo que acaba pasando!!!!

Ay, pequeños retazos de mi ordenado mundo....

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martes, octubre 23, 2007

Cuando me angustio...

Cuando los días salen mal.
Cuando el tiempo se vuelve loco.
Te despiertas acuciado por un futuro que te mira de frente.
El pasado ha venido a llamar a mi puerta otra vez.
Traicioneros los dos.
Si la gente pierde el norte
y busca culpables en cada esquina
Si las nubes casi escupen la lluvia,
o el viento ya no acaricia, azota.
Desaparezco.
En el sitio de mi recreo


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domingo, octubre 21, 2007

Encuesta

LOS DISCÍPULOS DE MIYAGI

¿no os parece un buen nombre para un grupo de Rock?


(se aceptan sugerencias)

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martes, octubre 16, 2007

Como sacado de un folletín...

"Nació con el don de la risa y la sensación de que el mundo estaba loco, y ese fué su único patrimonio."
(Scaramouche)
"Decían de él que no tenía corazón."
(Scaramouche, el hacedor de reyes)
Cuanto más leo a Sabatini, más tengo la sensación de que me conoció en otra vida...

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miércoles, octubre 10, 2007

Pregúntame

Me preguntas porqué lloro. Y no puedo contestarte, la verdad.

La lluvia llama a nuestra ventana, porque hoy no es mía, es nuestra, y el silencio es sólo a medias. De fondo, una trompeta sin dientes pinta las sombras de azul marino denso, y me emociona su contraste con tu pelo del color del oro. Miras hacia la pared. Yo también., y, a la vez, tu nuca, en la que intento no echar mi aliento. Miro, absorto, esa pared en la que nuestra sombra se proyecta. Tus curvas, que me llevan por ese vertiginoso camino prohibido, mi mano en tu cintura y la otra aprisionada entre las tuyas, ya sin circulación debido a tus hombros. La sábana azul nos cubre casi hasta el cuello y nos perfila en un solo cuerpo, extraño, único y precioso.

Yo sé que tienes los ojos cerrados, y tú sabes que los míos lloran, silenciosos. Tú siempre sabes más que yo, y eso me fascina. Nuestra respiración acompasada se ralentiza, sin necesidad de sueño, y me siento unido a tí, cuando mi pecho aprieta tu espalda, y nos acercamos un poco más. El viento susurra tu nombre a través de los cristales, y me pides que juntemos los pies porque ya los tienes helados. Aprovecho para besarte la piel blanca, llena de lunares, que quiero contar hasta poder hacer un mapa con los ojos cerrados. Como siempre, sabe a nieve y a nata. A tí. La vela, poco a poco se apaga, como el contrabajo, hasta que nos deja en el gris absoluto de la tormenta del anochecer, y tu pelo brilla con la debil luz, birlla entre tanta oscuridad.

Anda, repíteme la pregunta.

Miles Davis,
Kind of blue,
Blue in green

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domingo, octubre 07, 2007

Como en una película de Tarantino

El sueño que tengo (no poco agradable, por cierto) empieza a ser cada vez más y más confuso. Sé que estoy volviendo a la realidad. Con mis últimos pensamientos me aferro a la imagen del sueño, que poco a poco se torna más y más humeda y pegajosa y me despierto...

me despierto bañado en algo cálido y pringoso. Mis dedos no encuentran el interruptor, respbalan sobre las sabanas y sobre el cabezal, intento ponerme de pié y mis pies resbalan y me entra el pánico. Noto él calor líquido en todas partes y estoy empezando a perder el concimiento. Mi cabeza zumba en la oscuridad y mis intentos por conservar la calma empiezan a fracasar.

Al fin el interruptor. la habitación se convierte en una sinfonía ocre de pared, blanco de sábanas y rojo de sangre. La sangre se encuentra por todas partes. En la pared, en el suelo, en la almohada, en los interruptores... y miro a mi cama, donde me encuentro...

¿A que no sabeis qué me encuentro?

a) Una cabeza de caballo entre las sábanas.
b) Un cuerpo de mujer (de abundantes curvas).
c) Nada. Sólo que al Santo Job le ha vuelto a empezar a sangrar la nariz.

(y suena en la radio, sunday, bloody sunday, de los U2)

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