mañana, cuando me caiga
no me levantes, déjame en el suelo. Empiezo a acostumbrarme, a tropezar conmigo mismo. A levantarme y a caer. Así que déjame ahí. No te quedes a ayudarme, ni siquiera te quedes a ver si me levanto. Sigue con tu camino. Deja la compasión para otro día. Reserva la que te queda para otra cosa. Nos veremos al final del mismo, y me verás con costras en las rodillas, pero feliz.
Qué gran título.
Y qué grande la última frase.
Gracias por tus comentarios. Volveré por aquí.
ok
tratare de recordarlo
buenas y gratas vibras