Me preguntas porqué lloro. Y no puedo contestarte, la verdad.
La lluvia llama a nuestra ventana, porque hoy no es mía, es nuestra, y el silencio es sólo a medias. De fondo, una trompeta sin dientes pinta las sombras de azul marino denso, y me emociona su contraste con tu pelo del color del oro. Miras hacia la pared. Yo también., y, a la vez, tu nuca, en la que intento no echar mi aliento. Miro, absorto, esa pared en la que nuestra sombra se proyecta. Tus curvas, que me llevan por ese vertiginoso camino prohibido, mi mano en tu cintura y la otra aprisionada entre las tuyas, ya sin circulación debido a tus hombros. La sábana azul nos cubre casi hasta el cuello y nos perfila en un solo cuerpo, extraño, único y precioso.
Yo sé que tienes los ojos cerrados, y tú sabes que los míos lloran, silenciosos. Tú siempre sabes más que yo, y eso me fascina. Nuestra respiración acompasada se ralentiza, sin necesidad de sueño, y me siento unido a tí, cuando mi pecho aprieta tu espalda, y nos acercamos un poco más. El viento susurra tu nombre a través de los cristales, y me pides que juntemos los pies porque ya los tienes helados. Aprovecho para besarte la piel blanca, llena de lunares, que quiero contar hasta poder hacer un mapa con los ojos cerrados. Como siempre, sabe a nieve y a nata. A tí. La vela, poco a poco se apaga, como el contrabajo, hasta que nos deja en el gris absoluto de la tormenta del anochecer, y tu pelo brilla con la debil luz, birlla entre tanta oscuridad.
Anda, repíteme la pregunta.
Miles Davis,Kind of blue, Blue in greenEtiquetas: musica