miércoles, marzo 29, 2006

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y mira que anteayer, si me hubieran preguntado por tí, habría dicho que eras una niñata consentida, subida al dolar por hijos de sus papis consentidores; una niña que no tenía ni idea de nada, más que de menear el culo.

Bueno, tampoco es que hoy haya cambiado mucho mi opinión, pero mientras el loco te hacía unas preguntas, me pareció ver, un poco más allá de ese escote que llevas, el pelo rubio enmarañado y la sonrisa torcida a lo mala de película (mae west?)... ví a alguien... al que le habían dado palos en la vida, ví unos ojos enormes con rimel corrido, manchando sábanas de hoteles de lujo, por amor traicionado, por corazones rotos, por labios anegados de lágrimas, susurrando "quédate una noche más", y, justo en ese momento, me pareciste una chica lista y guapa que quizás no haya tenido tanta suerte, justo ahí, me acíste bien... y cuando cantaste el último adiós en ese tono tan íntimo y con ese poco registro que tienes, supongo que ahí me despertaste las ganas de encontrar la colección de corridos y rancheras que debo tener por casa. Hoy tienes un admirador más.

Eso sí, no te voy a perdonar lo que le habeis hecho entre tú y la morenita al imitador de Calamaro...