Y si solo quedase uno?

De rodillas, con el pecho ardiéndome del dolor de los tajos causados por su sable, el general de caballería se me ha acercado. Él también tiene dos agujeros de la escopeta en el pecho, y la sangre mana de la herida en su abdomen, que he abierto con mi wakizashi. En teoría, cualquiera de los dos debiera estar muerto y bien muerto. El General ha bajado de su caballo, que tiene una lanza incrustada en su pecho, al punto de estallar, y, con paso firme, me ha susurrado al oido:

- solo puede quedar uno

y claro, me he despertado con sudor en todo el cuerpo, y no solo por este calor que me ahoga y me hace ir en calzones por casa, sino por esa angustia de la muerte tan cercana, ese miedo al precipicio de la oscuridad... nunca lo habeis sentido? seguro que sí. Aunque también hay veces que la muerte es una liberación, como era el caso de esta peli de Lambert, Los Inmortales. Vivian y vivian, mientras sus seres queridos caian por el camino, y ellos no podian paliar el dolor.

Siempre pienso que la inmortalidad sería genial por la cantidad de cosas para hacer, pero... ya lo dijo el profeta Jagger, no siempre se puede conseguir lo que se quiere. Pero, también decían los griegos, cuando quieres destruir a un hombre, le concedes sus mayores deseos...

y tú? mortal o inmortal?